sábado, 16 de mayo de 2009

pasajero

Passenger. Deftones sonando en la séptima con 59 y Dos manes que recorren toda la ciudad para pedirla en cada bar y cantarla como si fuera “me bebí tu recuerdo” o alguna de esas que se desangra y deja sus rastros en el vaso del despechado. Una imagen en blanco y negro, como un negativo de una cámara estenopeica que captura muchas escenas de un hombre pegado a la ventana de un carro o de un bus y que deja su aliento marcado sobre el vidrio, a eso de las tres de la mañana. Medio dormido, medio despierto, mientras ve como pasan las luces de pueblitos que se han creado con la única intención de esperar a que él se baje, a que la gente pase para venderle un tinto con aguadepanela o una almojabana.  

Dos voces en la canción, Maynard y Chino. Dos personas en el carro, tal vez jadeando, tal vez envolviéndose en ellos mismos, encontrando los lugares precisos para poner las manos, para garantizar la velocidad, el manejo requerido de su propio tiempo. Entre desvancerse y explotar. Una canción que parece una estela que se quiebra como el sonido de una bomba en la mitad de la presentación de un flautista.

Dos manes por la séptima, cambiando de bar, subiendo por la 59 y moviéndose a la derecha en dirección al centro. La séptima tiene mucho ruido, demasiados carros, como cuando esa ranita del juego trata de pasar la calle y obtiene como recompensa su cuerpo, pixelado y verde, aplastado en el asfalto virtual. Una canción que parece ir como si fuera el mar y algo navegara sobre ella, la voz de Maynard, la voz de Chino, las voces de estos manes tarareando ocasionalmente el coro, o lo que piensan que es el coro. 

Dos cervezas en una mesa de madera, un cigarrillo sobre un cenicero de plástico color negro. Dos marcas de botellas de cerveza, la ceniza que se pega y mancha ligeramente de negro la mesa, esa mezcla del olor de la cerveza en el aire, del humo flotando y quedándose en a ropa de todos los que estamos en el sitio. Dos sillas sin espaldar, dos figuras encorvadas buscando una pared donde recostarse, dos voces que hablan y esperan a que suene passenger otra vez. 

lunes, 11 de mayo de 2009

post número uno.

Este, supongo, será un blog sobre música. Las cosas cambían y por eso solo me queda suponer su destino. Será un blog serio, o por lo menos tratará de ser mas ordenado y reflexivo, o algo así. Tampoco sé, pero digamos que esas ideas rondan por ahí. Quiero escribir algo donde la música aparezca como parte de lo que escribo. O algo así, no estoy muy seguro de eso porque no se muy bien que quiere decir. 
Ahora escribo y oigo O mundo: Lenine, Paulinho Moska, Chico Cesare, Zeca baleiro. 
Porque você me trata mal
Se eu te trato bem
Porque você me faz o mal
Se eu só te faço o bem

Y uno cree que puede entender algo con la letra, o solo con ella. Dejando de lado la música,  arrastrando las letras como si le tuvieramos miedo a lo que produce el sonido. Pero la música es inhaprensible. No puedo nombrarla, no puedo hacer nada con ella, nada distinto a dejar que llegue a mi y que mientras oigo esta canción, sienta como mi espalda empieza a sudar, como me pongo algo nervioso, como no puedo hacer nada distinto a esperar a que pase esa sensación que no puedo racionalizar. 
En el perseguidor, Bruno está en el límite que le impone Johnny. Bruno trata de entender, de atrapar cualquier signo que se le escape a Johnny para poder apreciar algo y escribir sobre ello. Lo único que alcanza es  consignar su miedo,  reconocer la ansiedad que le produce el saber que Johnny piensa en otros términos, por fuera de los límites del tiempo músical,  siempre antes o despues, siempre en diagonal, que el tiempo es algo que Johnny destruyó cuando dijo "esto ya lo toqué mañana" y que Bruno está condenado a observar como Johnny dobla las leyes de la linearidad para estar siempre en lo inestable. Y que eso lo mata. Bruno es testigo de ese proceso, y le queda claro que nunca podrá acercarse a la vasta complejidad de lo que Johnny quiere decir, y solo hasta la muerte de Johnny se libera para volver a la tranquila estabilidad de la secuencia, del sentido común, de la coherencia del tiempo. 
Así que puesto en esos términos,yo tambien soy Bruno y este blog es sobre Johnny.