Las listas de los discos del año son una vaina muy mezquina, casi siempre pretenden dar una sentencia objetiva, un repaso por el mercado, por las nuevas tendencias, por el buscar hacer tendencias. Cómo hacen? cómo deciden cúal es el disco del año? cómo se atreven? Las listas de las revistas deambulan entre lo que más se vendió, lo que mejor se pagó, los gustos personales... en general son listas de mercado, para el mercado. A veces, hay otras listas más bonitas, por lo menos más honestas, que regalan momentos de la vida de alguien y se ponen ahí quien quiera ver. Luego de listas como las linkeadas, a las que en general me suscribo, sentí una especie de ansiedad y ganas de decir que yo tambien oí música este año. Trataré de poner cosas que esas otras dos no hayan puesto ya, cosas que me gustaron, sin ningún orden en particular..
Deftones: diamond eyes.
Al final de este año, nadie habla de este disco, ni de su bajista en coma, ni el espiral de decadencia de la banda, ni de su retorno. Por alguna razón, para mi este disco significa muchas cosas al tiempo. Es oscuro, sexy, peligroso, violento, atrevido, sensual...cada canción me ha hecho feliz cada vez que la oigo.
Afrocubism: Afocubism
Yo me imagino cuantas cosas se podrán decir de este disco, del sur global, del exotismo, del rótulo música del mundo. No importa, o si, pero de cualquier manera cada canción de este disco esta hecha con tal cuidado, creatividad y calidad que cualquier discusión se queda corta ante lo que logró esta gente.
Agalloch: the Marrow of the spirit.
Cuando todas las bandas del black, del folk metal, del sludge, del doom, del progresivo, de todo el universo metalero, quedan estancadas en riffs determinados, bandas como Agalloch destrozan cualquier expectativa posible y crean discos destinados a cavar profundo en el abismo. Yo no puedo, aún, describir con claridad lo que esas canciones han generado en mi, como me han frenado en la mitad de las calles, como parecen compaginarse perfectamente con el invierno.
Isahn: After.
En los últimos años, las bandas de black se han obsesionado con meterle vientos a sus cancioncitas. Casi nunca logran que ese sonido se vuelva organico, es decir, que haga parte de la canción y más bien suena como un sonido marginado. Si logran superar la voz rasgada-gutural de ihsahn, se van a encontrar con algo que nadie esperaba fuera a salir. On the shores debe ser una de las canciones mas impresionantes que he oido en muchisimo tiempo.
Flying lotus- Cosmograma
En una de esas revistas de música e instrumentos comparaban los juegos de sintetizadores, programación y beats de este señor con formas de improvisación del jazz. Claro, algo debe tener que ver que sea familiar de John Coltrane para que lo digan. Cuando Flying Lotus comenzó, hacía una especie de hip hop experimental que lo fue llevando a lugares cada vez menos comúnes hasta que terminó sacando el Cosmograma, un gran viaje por el sonido de un laptop.
Reflection eternal- revolutions per minute
Hay varias razones por las cuales al gran Talib no le ponen mucha atención. Sin embargo, el tipo es un excelente rapero, sólido como pocos, se sabe mover muy bien entre las letras de la calle, temas políticos, amores, tristezas. Talib rapea sobre la vida. Es fuerte, no escapa a la dureza de la ciudad pero siempre ve más allá de la venta de crack. Hace parte de esa recuperación del hip-hop clásico, menos lowrider y champaña y mejores beats funkies, mas soul, mas r&b, mas barrio. Talib es como volver al native tongues, siempre de la mano de mos def y common, pero con el wu tang rondando siempre en cada esquina.
Vendrán otros.
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